Las características de la corteza de la tuna podrían inhibir los radicales libres –vinculados en la aparición de enfermedades crónico-degenerativas— y la inhibición de la actividad de enzimas digestivas.
Las cáscaras de la cactácea representan entre 50 a 100 gramos de la materia prima y son consideradas “residuos” agrícolas, pero pueden ser fuente de compuestos bioactivos y de potencial beneficio para la salud humana.
En México se producen aproximadamente 42 mil 728 toneladas de cáscaras de frutos rojos por año, lo que puede aprovecharse en beneficio de la salud humana, destacó la especialista del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Mayra Denise Herrera.