Durante la pandemia, aumentó el trabajo no remunerado para las mujeres por los cuidados en casa debido al confinamiento y las restricciones sanitarias. Se hace un llamado a las empresas privadas a ser corresponsables con el trabajo de cuidados
Las mujeres en Ciudad de México perdieron alrededor de 300 mil empleos por la pandemia, frente a los 340 mil de los hombres. Lo que representó el 18.5 por ciento de los empleos de ellas frente al 17.8 de los de ellos. Sin embargo, ellas recuperaron los empleos de forma consistente, aunque más lenta.
Así lo señaló la investigadora Eva Arceo Gómez, coordinadora de la Maestría en Políticas Públicas de la Universidad Iberoamericana, autora del estudio “A dos años de la pandemia: ¿Persisten las desigualdades de género en la CDMX?”, que presentó este lunes en las instalaciones del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México, COPRED, durante el Simposio “Corresponsabilidad de la vida laboral y la vida personal y familiar: Discriminación por embarazo, licencias por paternidad y sistema de cuidados”.
A diferencia de otras crisis económicas, la pandemia perjudicó más al sector servicios y al comercio minoritario, sectores tradicionalmente conformados por mujeres. En este periodo las mujeres perdieron cerca de 300 mil empleos en Ciudad de México, de los casi un millón 600 mil existentes.
De acuerdo con el estudio, los sectores más afectados que aún presentan faltantes son el sector educativo y el de otros servicios (excepto los gubernamentales).
En el sector educativo, por ejemplo, las mujeres perdieron hasta la actualidad 10 mil empleos que podrían haber sido ocupados por hombres, advirtió Arceo Gómez.
Los hallazgos en este documento también revelan que el rol de la maternidad y cuidados del hogar sí juega un papel importante en las tasas de empleo observadas; sin embargo, no se encontró evidencia de que los cambios en la probabilidad de empleo estén ligadas a roles de género o la edad de los hijos.
“La pandemia produjo una reducción en la brecha salarial, pero no se ve que vaya a ser permanente. En cuanto a la calidad de los trabajos, todavía no se recuperan todos los puestos de trabajo de calidad, pero la tendencia es positiva”
Eva Arceo Gómez, autora del diagnóstico.
El cierre de las escuelas y servicios de cuidado como guarderías y el aumento en el número de enfermos en casa por Covid-19 causó un aumento en el tiempo que las mujeres tuvieron que dedicar al cuidado de los miembros del hogar. Esto pudo inducir a las mujeres a dejar sus empleos o reducir sus horas de trabajo, por lo que las diferencias en la pérdida de empleos entre hombres y mujeres se debieron a un cambio en la demanda laboral y no a un cambio en la oferta de trabajo de las mujeres.
En su participación, la titular de la Secretaría de las Mujeres, Ingrid Gómez Saracíbar, destacó que en los casos donde mujeres enfrentan riesgo de violencia feminicida la economía es un factor que influye para que ellas permanezcan en esos espacios violentos.
“Tenemos que redistribuir el trabajo de cuidados en el núcleo familiar, pero también en la parte comunitaria, así como destacar su aporte a la economía”, señaló la funcionaria.
Por su parte la presidenta del COPRED, Geraldina González de la Vega Hernández, refirió que para el Consejo es de suma importancia visibilizar los impactos diferenciados en los grupos de atención prioritaria a raíz de la pandemia por COVID-19 y las mujeres forman parte de estos grupos, en este caso, dijo, es necesario hablar de lo que ha sucedido con la participación de las mujeres en el ámbito laboral.
Destacó que es una línea de trabajo fundamental, para este organismo, que realiza de manera transversal, porque es necesario generar insumos que muestren el impacto generado por los temas de las violencias de género y su relación de unas con otras, así como con las barreras estructurales que impiden el acceso de las mujeres a todos sus derechos, sobre todo en el ámbito laboral.
González de la Vega Hernández subrayó que la idea con el diagnóstico es coadyuvar a que todas las personas insertadas en el mercado laboral puedan ser corresponsables, que los hombres se hagan responsables de las tareas domésticas y de cuidado para poner fin a la división sexual del trabajo.
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